Síndrome del elevador

Este síndrome ano-rectal está entre los más enigmáticos que afronta el especialista en proctología. El dolor ano-rectal descrito como molestia sorda o presión que empeora al sentarse y puede desaparecer al ponerse de pie se conoce como síndrome del elevador. El dolor puede caracterizarse también por ardor constante, y los pacientes describen a menudo la sensación de que “se sientan sobre una pelota”. El dolor puede referirse (extenderse) también hacia las regiones glúteas. No se encuentra un factor causal durante la exploración física, pero el dolor se puede desencadenar después de traumatismo, como sucede en caso de tacto rectal doloroso o de parto. Los viajes largos en automóvil pueden precipitar este dolor, del mismo modo que las operaciones ginecológicas o urológicas. Las mujeres con este problema superan en gran número a los varones, y hay dudas sobre la influencia psicológica, puesto que este síndrome suele ocurrir en personas muy ambiciosas o ansiosas. La exploración física es negativa, salvo por hipersensibilidad ocasional en el músculo elevador que se desencadena durante la palpación. La palpación del músculo elevador puede reproducir también el dolor. Este músculo puede dar la impresión de cordón o banda, y muchas veces es más sensible a la izquierda que a la derecha.

No se ha logrado identificar la causa de este trastorno, pero se considera que está relacionado con espasmo del músculo elevador. El tratamiento se inicia con eliminación de las otras causas del dolor ano-rectal. Esto tiene importancia, porque el 8% de los casos revisados en la institución en que trabajan los autores se encontró una base orgánica del dolor después de haber hecho el diagnóstico inicial del síndrome comentado.

Muchos pacientes se tranquilizan al saber que no tienen cáncer. El tratamiento inicial en la institución en que trabajan los autores consiste en baños de asiento, ablandadores del excremento y administración ocasional de dosis bajas de relajantes musculares como diazepam. Cabe recomendar la estimulación electrogalvánica (EGS) para las manifestaciones más graves del síndrome. Consiste en administrar corriente eléctrica oscilatoria de alto voltaje y baja frecuencia por una sonda rectal especial, para inducir de manera teórica fasciculaciones y fatiga del músculo elevador. Al parecer, la fatiga rompe el círculo vicioso de los espasmos. Se administran tratamientos de una hora cada tercer día hasta en tres ocasiones, según lo han informado Sohn y los colaboradores. Los resultados informados de esta forma de tratamiento han variado de un autor a otro. Nicosia y Abcarian informaron buenos resultados iniciales en 90% de sus casos tratados. En la revisión de los autores se observó que los pacientes vigilados a largo plazo experimentaban buenos resultados sólo en 43% de las ocasiones. Otros han corroborado estos resultados. Entre otros tratamientos con buenos resultados en los pacientes que no reaccionan a la EGS están masaje enérgico del músculo elevador con los pacientes bajo anestesia, o inyección de prednisolona en este músculo. Estas medidas terapéuticas adicionales carecen de bases comprobatorias, pero ayudan a algunos sujetos con espasmo refractario grave del elevador.

El texto anterior está extraído de algunos tratados de la especialidad pero la mejor experiencia en nuestro grupo de trabajo corresponde a la tracción del músculo elevador del ano con el paciente en posición genu-pectoral.

Esta web utiliza cookies propias y de terceros para ofrecerte una mejor experiencia y servicio. Al navegar o utilizar nuestros servicios, aceptas el uso que hacemos de ellas. Puedes cambiar la configuración de cookies en cualquier momento. más información

Las opciones de cookies en este sitio web están configuradas para "permitir cookies" para ofrecerte una mejor experiéncia de navegación. Si sigues utilizando este sitio web sin cambiar tus opciones o haces clic en "aceptar" estarás consintiendo las cookies de este sitio.

Cerrar