13 Mar Quistes hepáticos y sus técnicas quirúrgicas
Hoy desde IOCir queremos hablarte de los quistes hepáticos y qué técnica quirúrgica se utiliza normalmente para curarlos, aunque como veremos en detalle seguidamente, los casos en que hay que llegar a operarlos son poco frecuentes.
¿QUÉ SON LOS QUISTES HEPÁTICOS?
Se denominan quistes hepáticos a los quistes que están localizados en el hígado. Te recordamos que un quiste es una bolsa con líquido que puede aparecer en cualquier órgano del cuerpo.
Normalmente estos quistes no conllevan ningún tipo de síntoma y son descubiertos por casualidad al realizar otro tipo de reconocimiento, por regla general a través de una radiografía o TAC.
Generalmente los quistes si son de un tamaño pequeño, no requieren de ningún tipo de tratamiento. Sin embargo, se puede dar el caso de que existan numerosos quistes en el hígado, o su tamaño sea considerable, que su origen sea parasitario o por algún otro problema, en cuyo caso se aconseja hacer un seguimiento de los mismos.
Se dan casos en que estos se tienen que intervenir con alguna técnica quirúrgica para erradicarlos.
SÍNTOMAS Y TIPOS DE AFECCIONES DEL HÍGADO
Como decíamos anteriormente, los quistes hepáticos por regla general son de pequeño tamaño y asintomáticos. En este caso, el paciente puede convivir con ellos sin que le supongan ninguna molestia y no es necesario realizar un tratamiento para curarlo.
En los casos en que el quiste supere los 5 cm de diámetro o que existan una cantidad importante de estos quistes, el paciente sí que puede sufrir algunos síntomas claros como son:
- Las molestias abdominales
- Sensación de estar siempre saciado
- Otros
Si se da el caso infrecuente, de que un hígado tenga más de 4 quistes, se aconseja realizar un examen a la familia directa, pues este factor suele ser hereditario.
De manera rara, los quistes hepáticos pueden sangrar. Normalmente no lo hacen por sí mismos, si no al friccionar con otro órgano cercano, o al romperse el quiste.
En otras ocasiones, los quistes los produce un parásito conocido como “Echinococcus granulosus” y entonces se denominan quistes hidatídicos. En la mayoría de los casos, se descubren de forma casual como los quistes hepáticos normales y tampoco produce síntomas ni molestias, como a los quistes hepáticos comunes. En caso de diagnosticarte un quiste de esta índole, lo normal es que tu médico te realice unos análisis y ecografías para hacerte una histoaria clínica completa. Depende de cada caso, se administra medicación o no para acabar con el parásito. En casos poco frecuentes, se puede llegar incluso hasta la cirugía.
Se pueden dar otras afecciones que pueden parecer un quiste a priori pero que en realidad se trata de otro tipo de lesiones del hígado donde puede aparecer líquido. En ese caso, serán necesarias diversas pruebas médicas para diagnosticar la afección que está afectando al hígado, incluida una punción del líquido para su análisis.
Los tumores benignos del hígado son otros de los problemas que puede sufrir este órgano. Tu médico decidirá, que hace en ese caso, pero por regla general, se opera para sustraer los tumores y evitar que evolucionen a uno de tipo maligno.
CIRUGÍA DEL HÍGADO
Como ya hemos mencionado, los quistes hepáticos solo requieren de intervención quirúrgica si se complican, son múltiples o parasitario. Existen diversas técnicas para operar el hígado:
- Tratamiento percutáneo: este tipo de tratamiento se suele realizar a través de una inyección percutánea de sustancias químicas (etanol, ácido acético), o mediante modificación de la temperatura (radiofrecuencia, microondas, crioterapia, láser). Las más comunes son la inyección percutánea de alcohol y la radiofrecuencia para las lesiones pequeñas, menores a 3 cm.
- Fenestración: es una intervención quirúrgica en la que se realiza una apertura para llegar hasta el órgano. Lo normal es usar la técnica de laparoscopia, por ser menos invasiva que la cirugía abierta.
- Resección hepática: en esta intervención que puede ser por cirugía abierta o laparoscópica se extrae el trozo del hígado que está afectado. Normalmente se usa en casos de tumores, pero el cirujano al mando puede decidir usar esta técnica para otras afecciones hepáticas.
- Trasplante hepático: esta técnica es la más compleja y a la que se recurre para casos en los que el hígado este gravemente afectado, tanto que deba ser sustituido por uno en buen estado.
Desde IOCir esperamos haber compartido contigo información completa sobre los quistes hepáticos y las técnicas quirúrgicas que se utilizan normalmente para operar el hígado. Visita nuestra sección de patologías para más información sobre las enfermedades del hígado y las vías biliares.
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