La neumonía es una infección que se caracteriza por la inflamación de los sacos aéreos de uno o ambos pulmones, causando que se llenen de líquido o pus, provocando tos con flema, fiebre, escalofríos, entre otros síntomas.
Causas
Hay varios gérmenes que se encuentran en el aire que respiramos y pueden causar neumonía. Generalmente nuestro cuerpo evita estas infecciones, pero en ocasiones ciertos parásitos pueden generar infecciones de todas formas.
Tipos de neumonía
Existen dos tipos de neumonía que se clasifican según dónde se adquiere la enfermedad. En caso de contraerla fuera de hospitales y otras instalaciones de cuidado de salud, se denomina como “Neumonía adquirida en la comunidad” y puede ser causada por bacterias como la Streptococcus pneumoniae, hongos y virus.
El otro tipo de neumonía es la adquirida en hospitales y se denomina “Neumonía hospitalaria”. Esta es más grave debido a que las personas que la contraen ya están enfermas y las bacterias que la causan son más resistentes a los antibióticos.
En los países desarrollados, la neumonía es la sexta causa de muerte y se observan entre 7 y 15 casos cada mil habitantes. Su tasa de mortalidad varía entre un 1 y 2 porciento en pacientes ambulatorios, 8 porciento en casos de enfermos hospitalizados y 30 porciento en aquellos pacientes que requieren cuidados en terapia intensiva.
Pacientes más vulnerables
Si bien la neumonía puede afectar a cualquier persona, existen dos grupos de edades que tienen más riesgo de padecerlas.
- Niños de 2 años de edad o menores
- Personas de 65 años de edad o mayores
Además se contemplan como factores de riesgo:
- Tener una enfermedad crónica como el asma, el EPOC o una enfermedad cardíaca.
- Fumar ya que debilita las defensas del cuerpo para defenderse ante los gérmenes causantes de la neumonía.
- Tener el sistema inmunitario debilitado o suprimido como personas que se han sometido a un transplante de órganos, reciben quimioterapia o tienen enfermedades como el VIH/SIDA.
Síntomas
- Dificultad para respirar
- Dolor en el pecho al toser o respirar
- Tos con o sin flema
- Fiebre, escalofríos y transpiración con temblores
- Fatiga
- Náuseas, vómitos o diarrea
En adultos mayores de 65 años y personas con el sistema inmunitario débil, también se puede observar temperatura corporal más baja de lo normal y desorientación o cambios en la percepción mental.
Diagnóstico
El médico debe escuchar los pulmones con un estetoscopio para detectar si existen sonidos anormales como burbujeo o crepitación. Si existe la sospecha de neumonía, el médico puede solicitar estos exámenes:
- Análisis de sangre: Para confirmar la infección e intentar identificar el tipo de organismo que la causa.
- Radiografía de tórax: Para determinar la ubicación y extensión de la infección.
- Prueba de esputo: Se analiza una muestra de líquido de los pulmones que se obtiene haciendo toser profundamente al paciente. Esta prueba ayuda a identificar la causa de la infección.
- Pulsioximetría: Se mide el nivel de oxígeno en sangre, ya que la neumonía puede causar que los pulmones no sean capaces de pasar una cantidad suficiente de oxígeno al torrente sanguíneo.
Tratamiento
Las personas que presentan una neumonía adquirida en la comunidad, normalmente reciben tratamiento en sus hogares con medicamentos. Los tratamientos dependen del tipo y gravedad de la neumonía, la edad del paciente y su estado de salud en general.
Los medicamentos más utilizados para tratar la neumonía son:
Antibióticos: En el caso de tener una neumonía bacteriana y habiendo identificado la bacteria que la causa.
Medicamentos para la tos: Sirven para que el paciente pueda descansar más tranquilo. Aunque no se debe eliminar la tos por completo ya que el toser contribuye a aflojar y mover los fluidos de los pulmones, por eso se recomiendan supresores de la tos en dosis bajas.
Analgésicos y antifebriles: Medicamentos como la aspirina, el ibuprofeno y el paracetamol ayudan a aliviar la fiebre y el malestar y están recomendados en casos de pulmonía.
Es probable que se requiera de hospitalización en casos de personas mayores de 65 años, personas con dificultades graves para respirar, frecuencia cardíaca baja y/o función de los riñones diminuida. En caso de los niños, pueden requerir de internación en caso de tener problemas para respirar, bajos niveles de oxígeno en sangre o deshidratación.
Prevención
Vacunarse: Existen vacunas que previenen algunos tipos de neumonía y gripe. Recomendamos consultar con tu médico el estado de tus vacunas ya que las pautas de vacunación han cambiado con el tiempo.
Tener una buena higiene: Lavarse las manos regularmente, utilizar un desinfectante para manos a base de alcohol y mantener una limpieza correcta en el hogar.
No fumar: El tabaquismo es sumamente dañino a los pulmones y debilita las defensas naturales que los protegen de infecciones respiratorias.
Mantener fuerte tu sistema inmunitario: Llevar una dieta balanceada y saludable, dormir lo suficiente y ejercitarse regularmente ayuda a que nuestras defensas sean más fuertes. En esta nota podrás conocer más acerca del sistema inmunitario y cómo fortalecerlo.
Esperamos que este post te sea útil para poder conocer más acerca de la neumonía, sus causas, síntomas y tratamiento. Si necesitas ampliar esta información u otra relacionada con nuestra actividad, no lo dudes y envíanos un mensaje que te contestaremos en la mayor brevedad posible. Somos especialistas en cirugía general y del aparato digestivo, te brindaremos el asesoramiento adecuado personalizado. También puedes visitarnos en nuestras instalaciones situadas en el Hospital Costa de la Luz en Huelva.
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