En nuestro post de hoy, vamos a conocer una de las técnicas quirúrgicas existentes para operar las fístulas perianales: la fistulectomía.
Antes de entrar en detalle sobre en qué consiste una fistulectomía, vamos a comenzar por explicar qué es una fístula perianal.
¿Qué es una fístula perianal?
Conocemos como fístula perianal a la comunicación que se puede producir entre el canal anal con la piel que se encuentra alrededor de la salida del ano. Esta comunicación se origina en unas glándulas del interior del canal anal, que tienen como función lubricar la zona para que las heces puedan salir sin dificultad.
La fístula atraviesa los esfínteres hasta llegar al orificio exterior en la piel, a través del cual suele producirse una secreción de pus o incluso, se puede dar que salgan heces por esa abertura.
La causa por la que puede aparecer una fístula perianal es que las glándulas que hemos nombrado con anterioridad, se obstruyan debido a un exceso en la producción de lubricación propiciando de esta manera la aparición de gérmenes en la zona por el estancamiento de la mucosidad, que a su vez, puede degenerar en una infección con pus (absceso anal).
Un absceso detectado a tiempo, evitaría que se llegara a convertir en fístula, pero no siempre presentan síntomas.
Las fístulas perianales se pueden intervenir mediante 2 técnicas quirúrgicas principales: la fistulectomía y la fistulotomía.
Diferencia entre fístula y absceso
El cirujano especialista en coloproctología que atiende al paciente, valorará qué técnica es más aconsejable para cada caso tras estudiar el historial médico, la gravedad de la fístula y el criterio del cirujano.
¿Qué es una fistulectomía?
La fistulectomía es la extirpación del trayecto de una fístula. Para realizar esta extirpación se suele realizar un corte para acceder a la comunicación que se debe cerrar. Se puede colocar también una ligadura a través del trayecto que ha generado la fístula para realizar un cierre diferido.
Según la complejidad de la fístula, la operación puede requerir la reparación de los esfínteres, o colocación de injertos de piel para tapar el orificio. En fístulas complejas que comunican con otros órganos, se deben reparar ambos orificios, llegando incluso a necesitarse en casos extremos la implantación de un ano artificial.
Normalmente, se utiliza anestesia local en este tipo de intervenciones y estas suelen durar entre 30 y 90 minutos, según el caso y la gravedad del mismo.
Actualmente se están introduciendo nuevas técnica no invasivas como es el uso de una sustancia denominada fibrina que se introduce en el trayecto fistuloso y lo sella.
¿Cómo es el postoperatorio de una fistulectomía?
La recuperación o postoperatorio para una fistulectomía se alargará alrededor de dos semanas tras la intervención, periodo tras el cual el paciente podrá llevar una vida completamente normal. La herida suele cicatrizar al cabo de unas 6 semanas.
El éxito de la operación de una fístula perianal depende en gran medida de la experiencia y calidad del cirujano que lleve a cabo la intervención, pues una intervención de estas características en manos inexpertas podría dañar los esfínteres y acarrear una consecuente incontinencia fecal.
Por ello, se recomienda contar con los mejores especialistas en coloproctología y cirugía general, como es el caso de los cirujanos del equipo de coloproctología de IOCir clínica de cirugía sita en Huelva, que cuentan con una dilatada experiencia en este campo, como lo demuestran sus currículums.