Localización de la hernia de Spiegel

Hernia lumbar, ciática y perineal

La hernia de disco lumbar surge cuando parte del disco intervertebral se desplaza hacia la raíz nerviosa, presionándola de forma que produce un dolor intenso. En la mayoría de los casos, se puede tratar este dolor sin necesidad de cirugía. Aunque se estima que en un 10% de los casos se haya que recurrir a una intervención quirúrgica.

Hernia de disco lumbar

La hernia lumbar puede afectar al nervio ciático entre las dos raíces del nervio (L5 y S1). El pinzamiento que causa la hernia en este nervio es lo que se conoce como ciática, que es un dolor que se irradia desde la nalga y puede extenderse hasta el pie.

La hernia perineal se crea por la incapacidad del diafragma pélvico de soportar la pared rectal. En casos avanzados, el contenido pélvico y en ocasiones el abdominal sobresalen en forma de bulto cerca del recto. Esta protuberancia puede confundirse con una hemorroide dada su localización y aspecto.

Localización de la hernia perineal

Hernia paraestomal

La hernia paraestomal consiste en una protuberancia que nace a raíz de la creación de un estoma, para derivar las heces o la orina. Debido a la intervención quirúrgica en la pared del intestino para sacar por el consecuente hueco la tripa o el uréter, se puede crear una hernia en la zona de la herida.

Provoca dolor local e irritación de la piel. Si va creciendo, la hernia puede llegar a ser muy molesta, ya que dificulta los cuidados normales del estoma. De entrada sería conveniente reforzar el abdomen con ejercicio y usar una faja retenedora.

En caso de que la hernia vaya creciendo y provoque dolor, es conveniente recurrir a la cirugía, que puede ser una intervención abierta o por laparoscopia.

Hernia paraestomal

Hernias diafragmáticas

La hernia diafragmática consiste en una malformación del músculo diafragma de manera que permite que las vísceras intraabdominales protuyan hacia el tórax, impidiendo de esta manera que los pulmones se desarrollen correctamente.

Hernia diafragmática, en este caso congénita

Esta hernia suele ser congénita, en cuyo caso el bebé que la padezca presentará dificultades respiratorias graves.

Si se detecta en el feto, puede recurrirse a la cirugía fetal. Si no, al nacer habrá que aplicar la cirugía para devolver las vísceras a su sitio y cerrar la apertura del diafragma por la que habían invadido la cavidad pulmonar.

Ahora sí hemos visto todas las hernias abdominales tratadas por IOCir. Si tenéis una hernia de otro tipo que queráis consultar, no dudéis en poneros en contacto con nosotros para realizar un diagnóstico.